jueves, 27 de marzo de 2008

Por unas ciudades más sanas

El siguiente texto pertenece a mi buen amigo Fabio Arévalo, colombiano y consultor en desempeño humano, como aparece en su firma.

Es interesante leer como cualquier acción que haga detenerse a los coches (llamados carros, en Colombia) un tiempo tiene unos beneficios enormes. Eso nos debería hacer pensar que si tan beneficioso es hacer parar a los coches ¿por qué no se les para más a menudo? ¿por qué no se les pone trabas en vez de facilidades? La movilidad sostenible, como la que supone el uso de la bicicleta en las ciudades, saldría beneficiada.

Se estudian los medios para que haya menos accidentes de vehículos particulares contaminantes: promueven el cinturón de seguridad, bajar las velocidades, quitar los puntos negros, no consumir alcohol, no tomar drogas, ir descansado... y una larga batería. Pero a ninguno de los responsables técnicos ni políticos le he oído aún decir que si hubiera menos coches en las calles y carreteras habría menos muertos, y por lo tanto aconsejando a los automovilistas que no cojan el coche si no es absolutamente imprescindible. Se atreven a poner radares, a hacer pruebas del alcohol, a poner enormes multas e incluso a meter en la cárcel a quien pasa ciertos límites (todo lo cual me parece muy bien), pero no se atreven a decirle al conductor que no coja el coche. ¿Por qué? ¿Miedo a la reacción de la industria automovilística? ¿Miedo a que les digan que no quieren solucionar problemas? Pero precisamente esa sería la mejor solución al problema (sin descartar las otras).

En el caso que Fabio Arévalo nos expone queda claro: cada día en Bogotá hay entre dos y tres decesos por accidentes de tráfico. En esta jornada sin coches: cero fallecimientos, justificando por si misma la jornada, y eso sin contar los otros beneficios que el propio Fabio expone. Y el bello detalle de ver que se quemaron 100 toneladas de grasa corporal. La solución a los problemas de obesidad no pasa sólo por hacer ejercicio y comer más saludable. Pasa por disuadir del uso abusivo del automóvil.
¡Por ciudades más sanas y por ciudadanos también más sanos: Menos coches y más bicicletas!


Día sin carro: 100 toneladas menos de grasa
Por Fabio Arévalo Rosero MD*

Interesante el proceso democrático y de convivencia vivido en la décima versión de la jornada del Día sin Carro en Bogotá. Más aún en una ciudad que siempre fue vista, desde adentro y no menos desde afuera, como poco cívica y caníbal por excelencia. Hay suficientes expresiones que demuestran que la actitud de este día no es aislada y muestra cómo el comportamiento colectivo mejora la calidad de vida

El argumento de pérdidas millonarias por parte de algunos comerciantes, como los magnates del combustible y dueños de parqueaderos, no puede estar por encima de los evidentes efectos sobre el medio ambiente y el nivel de conciencia que cala en la sociedad. El enorme volumen de galones de gasolina que dejaron de venderse y contaminar, enfermaron menos niños y adultos que padecen asma u otros problemas respiratorios.

No se puede justificar como pérdidas los recursos dejados de percibir por cuenta del derroche de combustibles fósiles y la nociva contaminación. No se puede defender como perjuicio evitar la excesiva rentabilidad de unos pocos, oportunidad que se la merecen también los menos favorecidos. Es el caso de los conductores de buses y taxis que en la mayoría de los casos duplicaron sus ingresos, y el sistema TransMilenio que mejoró su ocupación casi en un 40% transportando cerca de un millón cuatrocientas mil personas.

Que democracia; más gente viajando junta y en condiciones equitativas. Más gente caminando y disfrutando de la ciudad, más personas haciendo uso de la bicicleta y las ciclorrutas. Ese día el dominio, la opulencia del carro y la odiosa discriminación se olvidaron asumiendo una postura más humana. Las avenidas, plazas, andenes, calles, etc. fueron ocupadas primordialmente por personas que hicieron en promedio un 20% más de ejercicio físico, lo cual mejoró su metabolismo y su salud.

El uso de la bicicleta especialmente en las ciclorrutas se incrementó en un 65% con relación a un día corriente. Hubo pocos lesionados leves en accidentes vehiculares, pero lo más importante fue que se salvaron al menos dos vidas en una ciudad donde diariamente puede haber dos o tres decesos por accidentes de tránsito. Cero fallecimientos justifican plenamente esta jornada

El éxito de estas iniciativas nacidas en medio del escepticismo y la incredulidad, está en el respeto a la vida y la construcción de un modelo de ciudad más equitativa. Una ciudad incluyente que como en este caso tiene más de 300 kilómetros de ciclorrutas, una gran ciclovía dominical para disfrutar. Pero igualmente motiva a tomar decisiones fundamentales para fortalecer el transporte colectivo a través de propuestas exitosas en ciudades organizadas como por ejemplo implementar un sistema de tren ligero. Una solución intermedia entre el fastuoso metro y el mismo TransMilenio.

El millón de galones de combustibles fósiles que dejaron de quemarse y emitir gigantescas cantidades de CO2 fueron reemplazados por unas ¡100 toneladas de grasa! que salieron de los cuerpos de los bogotanos. Ello se explica porque al menos unos dos millones de personas se activaron físicamente de diversas maneras con un gasto calórico adicional de unas 500 kilocalorías "per cápita". Esas mil millones de kilocarías equivalen a quemar 100 toneladas de grasa corporal. Un maravilloso trabajo en equipo para esa misma ciudad que a partir de estos ejercicios se vuelve más solidaria con el empeño de ser mejor de la mano de la gente y por encima de sus gobernantes.

fabio121@gmail.com
*Consultor en desempeño humano, Ecoplan International


4 comentarios:

Anónimo dijo...

hola desde Londres,
que tal? me ha encantado leer el texto de Bogota.
Sigo desde aca todos los mensajes que escribes, con ilusion.
Londres, Bogota,..el texto se puede aplicar a cualquier "gran ciudad" del mundo.
Claramente las politicas las mueve el beneficio economico a corto plazo y no el desarrollo sostenible.
Seguimos luchando a diario para hacerlo posible.
Un beso enorme!
Tuve por cierto un accidente en una rotonda hace un mes.
Estaba parada esperando para tomar la rotonda y un coche que venia detras me dio en el transportin y me tiro al suelo.
Yo era visible, pero el coche no me vio e incluso tuvo el coraje de irse sin cerciorarse de mi estado.NO me dio tiempo de quedarme con su matricula.
Que indignacion!
Por suerte, no me paso nada grave.
Cuando lo reporte a la policia ,me dijeron que al menos estaba viva para contarlo.
En fin,yo ahora evito esas rotonda, al estar siempre muy transitada por coches, pero siento esa sensacion de "desnuda" ante el trafico y no podia estar mas deacuerdo con el texto de FAbio sobre ciudades hechas para los ciudadanos no "infraestructuradas" y pensadas para la circulacion de los coches.
Hay dias en los que al ir en bici sientes que te estas moviendo en un transporte hecho para otro medio.
Tenemos que luchar para proteger como prioridad la seguridad de los/as ciclistas.
Se ve que estaba motivada para escribir!
Te envio Juan un calido saludo y para todo Pedalibre!
Salud y pedal!
Maria

juan merallo dijo...

María, me alegra leerte por aquí. Me alegro que estés bien después de tu incidente en la rotonda. Veo que energúmenos en coche los hay en todos lados. En Londres también.
Un beso y que no te mojes mucho con la niebla londinense :-)
Juan

juan merallo dijo...

Cynega, impresionante lo del contador de muertes. Las peores parecen ser las cardiovasculares, es decir, las que se podrían evitar haciendo un ejercicio sano como montar en bici.
Juan

sinache dijo...

Maria, ánimos. Como dice Juan, en todas partes hay elementos de esta calaña. Cuidadito con ellos y a seguir pedaleando. Un saludo desde Barcelona.