Calle Mayor, de Madrid, frente a la Plaza de la Villa.
Dos carriles de subida y uno de bajada.
Los carriles de subida llenos de vehículos contaminantes, parados o semiparados, da igual. Ineficaces en cualquier caso.
Carril de bajada, un ciclista circula tranquilo, pedaleando de manera mecánica, sin prisas.
Mira entre sorprendido, divertido e incrédulo lo que está ocurriendo a su izquierda.
Sorprendido porque no entiende que pese a los mismos tapones diarios haya gente que siga usando el coche en la ciudad.
Divertido por ver como él, con un vehículo que apenas pesa 15 kilos y sin apenas hacer esfuerzo al tiempo que se divierte y hace algo de ejercicio, avanza sin problemas llegando antes, pese a no ser más rápido.
Incrédulo por ver a la gente dentro de sus coches y no comprender que seres teóricamente inteligentes se resignen a usar el coche en la ciudad para desplazamientos cotidianos que podrían ser realizados perfectamente de maneras más ágiles, sanas y baratas en otros medios de transporte que encima no envenenan el aire.
¿Dónde está lo "cool", lo "molono", lo "guay" de usar el coche dentro de las ciudades?
¿Solamente a mí y al ciclista de la foto nos parece que es ridículo, que es un dispendio, que es insolidario porque ocupa demasiado espacio público?
Y encima, en uno de los camiones atascados se puede leer: "Piensa en verde". Pues eso es lo que estaba haciendo el ciclista, pensar en verde, en el ambiente del entorno urbano.
Recuerdo unas reflexiones que me hice cierto día a raíz de algo que escuché.
Cuando la gente llega a la oficina diciendo: "Había un atasco". Así, "Había", como si fuera algo externo al que va en automóvil.
Alma de cántaro: USTED ERA EL ATASCO. NO LO HABÍA. USTED Y UNOS CUANTOS MÁS LO HAN CREADO.
Estos detalles semánticos son los que marcan la diferencia. Son los que le hacen creer a uno lo que quiere creer, lo que le han enseñado que tiene que creer.
Y seguramente la semántica, que es parte de la propaganda, sea la que obliga (digo bien, "obliga") a mucha gente a coger el coche, cuando ni les es imprescindible y, probablemente, les sea mucho menos eficaz.
Pero eso... que se supone que somos inteligentes.
¿Cuándo aprenderemos?
Dos carriles de subida y uno de bajada.
Los carriles de subida llenos de vehículos contaminantes, parados o semiparados, da igual. Ineficaces en cualquier caso.
Carril de bajada, un ciclista circula tranquilo, pedaleando de manera mecánica, sin prisas.
Mira entre sorprendido, divertido e incrédulo lo que está ocurriendo a su izquierda.
Sorprendido porque no entiende que pese a los mismos tapones diarios haya gente que siga usando el coche en la ciudad.
Divertido por ver como él, con un vehículo que apenas pesa 15 kilos y sin apenas hacer esfuerzo al tiempo que se divierte y hace algo de ejercicio, avanza sin problemas llegando antes, pese a no ser más rápido.
Incrédulo por ver a la gente dentro de sus coches y no comprender que seres teóricamente inteligentes se resignen a usar el coche en la ciudad para desplazamientos cotidianos que podrían ser realizados perfectamente de maneras más ágiles, sanas y baratas en otros medios de transporte que encima no envenenan el aire.
¿Dónde está lo "cool", lo "molono", lo "guay" de usar el coche dentro de las ciudades?
¿Solamente a mí y al ciclista de la foto nos parece que es ridículo, que es un dispendio, que es insolidario porque ocupa demasiado espacio público?
Y encima, en uno de los camiones atascados se puede leer: "Piensa en verde". Pues eso es lo que estaba haciendo el ciclista, pensar en verde, en el ambiente del entorno urbano.
Recuerdo unas reflexiones que me hice cierto día a raíz de algo que escuché.
Cuando la gente llega a la oficina diciendo: "Había un atasco". Así, "Había", como si fuera algo externo al que va en automóvil.
Alma de cántaro: USTED ERA EL ATASCO. NO LO HABÍA. USTED Y UNOS CUANTOS MÁS LO HAN CREADO.
Estos detalles semánticos son los que marcan la diferencia. Son los que le hacen creer a uno lo que quiere creer, lo que le han enseñado que tiene que creer.
Y seguramente la semántica, que es parte de la propaganda, sea la que obliga (digo bien, "obliga") a mucha gente a coger el coche, cuando ni les es imprescindible y, probablemente, les sea mucho menos eficaz.
Pero eso... que se supone que somos inteligentes.
¿Cuándo aprenderemos?