lunes, 28 de junio de 2021

Ordenanza anti-ciclistas en Madrid

 


Que Madrid nunca ha sido el adalid de la promoción del uso de la bicicleta es algo bien conocido. Mis recuerdos más antiguos van hacia aquel alcalde, Álvarez del Manzano, que decía que Madrid no era una ciudad para bicis, que era su manera personal y prejuiciosa de decir: “No me gustan las bicicletas”.

Ahora tenemos a su yerno, el concejal Borja Carabante, que a mí me pareció (las veces que coincidí con él en mi etapa de activista ciclista) un señor muy simpático y con capacidad de escuchar, pero que ahora que está ejerciendo de concejal nos viene con una propuesta de Ordenanza de Movilidad que pone palos en las ruedas a la movilidad ciclista. Es decir, más de lo mismo de la idiosincrasia anti-ciclista de la capital española. Confío en que recapacite y Madrid no haga el ridículo, una vez más, en España y en Europa por su política anti-ciclista.

Desde mi asociación, Pedalibre, ya han explicado bien en estas entradas por qué no estamos de acuerdo con ese proyecto de Ordenanza. Lo de la prohibición de aparcar la bici en el mobiliario urbano a mí me hace un daño irreparable. Tengo montones de casos en los que la bicicleta la voy a tener que aparcar a más de 500 metros de distancia, por no haber un aparcamiento de bicis cercano. Eso es muy disuasorio. Una de las grandes ventajas de la bicicleta es precisamente el poder ir puerta a puerta, y eso desaparecería con esta medida. Espero de corazón que se lo piensen bien antes de implantar esa medida tan arbitraria como injusta.

Pero en este artículo me voy a centrar en la prohibición de circular por túneles, con un caso práctico y real.

PRIMERA ALTERNATIVA: CALLE EMBAJADORES

Soy un ciclista que hace con cierta frecuencia el trayecto entre Villaverde y Puente de Vallecas, pasando por el tramo del Anillo Verde Ciclista del Parque Lineal del Manzanares. Desde este parque al Puente de Vallecas yo hace años iba por la calle Embajadores, metiéndome por una vía de servicio de la M-30 (que no la misma M-30), que tiene un generoso arcén y generalmente poco tráfico y que me llevaba hasta la calle Convenio y de ahí a Puente de Vallecas. Una ruta de 4,1 kilómetros, fácil, rápida y segura que estuve realizando durante varios años sin mayor problema, sin que nadie me llamara la atención ni me pitara ni nada.

Hace unos años, transitando en bici por dicha vía de servicio con un amigo, se coloca a nuestro lado un coche de la policía municipal madrileña, diciéndonos algo así como que somos unos insensatos, que no podemos circular por ahí, que nos acompañan (por nuestra seguridad, dicen, pero creando inseguridad en los coches que pudieran venir por detrás) hasta el semáforo que hay más adelante. Les explico que no hay señal alguna de prohibición a ciclistas. Me dicen vehementemente que no vuelva a ir por ahí o me multarán.

SEGUNDA ALTERNATIVA: PARQUE TIERNO GALVÁN

Yo, que soy obediente y temeroso de la ley, hago caso a la policía municipal y no vuelvo a ir por ese tramo. Busco una alternativa, metiéndome por el Parque Tierno Galván, para salir a Méndez Álvaro, Retama, Cerro Negro, Puente de Vallecas. Aparentemente se da algo más de vuelta, pero evito problemas con los municipales. Son solo 300 metros de distancia y 10 metros de subida más que la anterior. En un principio había descartado esta opción por no tener que hacer el tramo compartido con viandantes en el Parque, pero ahora es la opción más conveniente una vez expulsado de mi primera ruta.

TERCERA ALTERNATIVA: TUNEL Y CUESTA DEL PLANETARIO

Hace unos meses, allá por febrero, ponen unas señales en las entradas del Parque Tierno Galván de prohibido bicicletas. Así, sin anestesia.

Heme aquí buscando una nueva alternativa: voy por el túnel del Planetario (con las luces reglamentarias, por supuesto). Otros 300 metros más que la anterior opción (600 metros más que la primera). Bueno, no es mucho. Lo único es la desagradable cuesta de la Avenida del Planetario, con coches zumbándote al lado a toda velocidad, me río yo de los límites de velocidad.

CUARTA ALTERNATIVA: CALLE DELICIAS

Aparece hace unas semanas la propuesta de Ordenanza, que prohibiría, en el caso de ser aprobada, el paso por los túneles, por lo que tampoco podría pasar por la Avenida del Planetario.

Por lo tanto, tengo que buscar otra alternativa. Yéndome más hacia el oeste aún. Tendré que ir a Legazpi, coger la calle Delicias con su correspondiente cuesta y tráfico de importancia, ir hasta Ramírez de Prado, luego coger Méndez Álvaro y de ahí a Retama y Cerro Negro. Ya estamos hablando de 7,1 kilómetros, y muchos más semáforos, más contaminación y ruido. En fin, un trayecto que no se me antoja muy agradable.

CONCLUSIÓN

Mi trayecto inicial eran 4 kilómetros, prácticamente llanos. Ahora voy a tener que hacer un trayecto de 7 kilómetros en una calle en cuesta y tragándome malos humos (que yo no genero) de vehículos que lo tienen mucho más fácil que yo. En coche podría ir por la calle Embajadores y vía de servicio de la M-30 y plantarme en Puente de Vallecas en cinco minutos. En mi bicicleta, tendré que hacer un trayecto nada agradable, tardando mínimo media hora. ¿Es esto una eficaz promoción de la bicicleta? 

Lo mismo me pasará con el paso por el túnel de la calle Comercio, que yo, y muchas otras personas, usamos para ir y venir al trabajo. Y la lista se puede alargar enormemente. 

Quien aún piense que Madrid quiere a las bicicletas le voy a declarar un optimista redomado. Madrid (sus dirigentes) demuestran detestar a las bicicletas, pese a toda la palabrería a favor que lanzan. Prefieren a los coches y a las motos, es decir, el ruido y la contaminación.

Parece que no hemos avanzado tanto desde la época de Álvarez del Manzano. Aquel señor por lo menos era sincero y decía bien a las claras que no le gustaban las bicicletas.

 

Opción 1 por calle Embajadores (4 kms.)

Opción 2 por Parque Tierno Galván

Opción 3 por Avenida y tunel del Planetario

Opción 4 por Delicias. (7.1 kms.)