miércoles, 9 de julio de 2014

Las locas bicicletas extraterrestres madrileñas


Desde la inauguración de la bicicleta pública madrileña todo el mundo cree tener la llave de cómo debería haber sido el sistema. Unos lo hubieran hecho radicalmente distinto, otros sólo con algunos pequeños, pero irrenunciables, cambios.

Ha habido graves errores al principio, y lo peor es que sigue habiéndolos dos semanas después. Hoy veía impotente como una persona no podía retirar una bicicleta de una estación y otra llevaba diez minutos esperando una simple gestión en un totem. No me parece serio que se puedan justificar diciendo que también ocurrió en otras ciudades. Confío en que se irán corrigiendo esos errores en los próximos días. 


Independientemente de esto, creo que todos tenemos una idea de cómo nos hubiera gustado que fuera el sistema, pero seguramente lo que ni este ni ningún sistema de bicicleta pública puede pretender es contentar a todo el mundo o poner cerca de cada potencial usuario una estación de BiciMad, además con un determinado tipo de bicicleta, porque sobre esto también hay diversas opiniones.

Yo tengo mi particular visión de cómo debería haber sido el sistema, pero no voy a aburrir al personal, porque ni este sistema debía ser hecho para mí, que ya tengo bicicleta y la uso por Madrid, ni creo tener la soberbia de poder asegurar que sé exactamente como tenía que haber sido. 


Tengo un importante conocimiento sobre la movilidad madrileña y he dado muchas conferencias en España y América Latina sobre bicicletas públicas. Pero no me he parado a estudiar, porque no es mi labor, como debe ser este sistema de bici pública para conseguir sus objetivos, cuáles son esos potenciales usuarios que necesita Madrid y donde hay que poner esas estaciones. Eso lo han hecho con la mejor de las intenciones unos técnicos del Ayuntamiento a los que conozco y en los que confío.

Cualquier sistema de bicicleta pública debe pretender, por definición, conseguir que gente que no usaba la bicicleta en la ciudad la comience a usar ahora y acabe haciéndose dependiente de la eficacia y facilidad de moverse en bicicleta por su ciudad, para que acabe comprándose la suya propia, si esto le es posible.

Y, a tenor de lo que yo estoy viendo en mi entorno, parece que eso es lo que se puede estar consiguiendo, que algunos nuevos usuarios se animen a usar la bicicleta en Madrid.

Os voy a presentar a dos compañeros míos de trabajo, Ana y Benito, son los que podéis ver (cada uno a mi lado) en la foto de entrada de este artículo.

Estas dos personas, por diversas razones, jamás han circulado en bicicleta por la ciudad, pero les ha faltado tiempo para sacarse el abono del BiciMad y decidirse a lanzarse a usarla para algunos de sus desplazamientos cotidianos. Tengo que decir que soy el primer sorprendido.

Antes de la creación de este sistema he escuchado a estas dos personas algunos de los habituales (y hasta cierto punto normales) prejuicios que todo el mundo suele decir sobre la bicicleta en la ciudad. Pero algo tiene de mágico esta bicicleta pública que anima a la gente a decidirse a dar el paso. Y eso, en si mismo, tiene mucho valor.

Ahora da gusto ver a Ana llegar al trabajo con una sonrisa de oreja a oreja y diciendo una de sus expresiones preferidas “¡Me encanta!”


Benito, por su parte, me pide expresar lo siguiente: “Es un gran aliciente pensar que al salir del trabajo voy a coger la bicicleta, con lo que haré ejercicio, al tiempo que me traslado al lugar donde quería ir”.

Mi amigo Santos, un recién incorporado al mundo del ciclismo urbano, iba el otro día por primera vez al trabajo en esta bicicleta pública, en un recorrido básicamente cuesta arriba, y describía la sensación del pedaleo asistido como "Pedalear como en la película ET, pero con el marciano dentro de la bicicleta".



Ojala que se arreglen pronto los problemas que trae BiciMad desde su inauguración y en un breve futuro podamos decir que esta bicicleta pública contribuyó a hacer más visible a los ciclistas en Madrid y que fue un paso de gigante hacia un establecimiento de la normalidad ciclista en nuestra ciudad.

Otras direcciones de interés:
Cómo funciona BiciMad
Cómo superar los errores de BiciMad

PD: Me entero un día después de publicar la entrada que Elisa Barahona (la Directora General de Sostenibilidad, la responsable de la bicicleta en el Ayuntamiento de Madrid) está usando el BiciMad para ir a las reuniones oficiales donde hay estaciones del sistema, dejando el coche oficial aparcado. Me ha encantado enterarme de esta noticia, me parece un ejercicio de coherencia y una manera de dar ejemplo, además de aumentar el número de ciclistas por esta ciudad que se está llenando de bicicletas a pasos agigantados.