miércoles, 25 de agosto de 2010

Si no te gusta lo que ves, pedalea


El cicloturismo de alforjas es un mundo de sensaciones. Te permite llegar a sitios insospechados y de maneras también insospechadas. También te permite acceder a lugares donde ningún otro vehículo puede hacerlo, sólo andando.

Generalmente una ruta de varios días en bicicleta lleva una cierta planificación de los lugares por donde se pasa y donde se duerme. En ocasiones uno tiene pensado llegar a un determinado lugar, pero antes se pasa por otro bellísimo en el que los ojos piden a las piernas parar y se cambia el plan, haciendo del nuevo lugar tu casa por unas horas, un día o incluso, por qué no, varios días.

Pero también ocurre lo contrario. Puedes llegar al lugar que tenías planificado, sea porque te dijeron que estaba bien o porque era una distancia prudencial para hacer en un día y resulta que no te gusta. Lo de que un lugar "está bien", es totalmente subjetivo. Lo que para alguien puede estar bien porque, por ejemplo, tiene un lugar de baño, para otros puede ser aburrido porque no tiene un paisaje entrañable, un entorno monumental o gente con la que compartir experiencias.

Por lo tanto, en mi particular manera de entender el cicloturismo, conviene ser lo suficientemente flexible en la planificación de una ruta cicloturista y, desde luego, una de mis frases favoritas en estos casos es "Si no te gusta lo que ves, pedalea".