lunes, 25 de mayo de 2009

¿En qué vehículo se respira menos contaminación?

Conforme a la ley francesa sobre Calidad del Aire del 30 de diciembre de 1996, AIRPARIF, asociación sin ánimo de lucro y aceptada por el Ministerio de Medio Ambiente francés, se encarga de vigilar la calidad del aire en la región de Ile-de-France. Es un auténtico ejercicio de transparencia y participación ciudadana que ya me gustaría tener en nuestro país.

AirParif hizo el año pasado un estudio (financiado por la Agencia francesa de seguridad sanitaria, medio ambiente y del trabajo) de medición en triciclos para determinar la exposición de los ciclistas al dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión.

Aunque el ciclista está más expuesto por término medio a la polución cuando circula integrado en el tráfico, sin embargo es el automovilista el que más aire contaminado respira en su totalidad, según un estudio hecho anteriormente sobre la contaminación del aire respirado por estos automovilistas.

En efecto, el automovilista respira bocanadas menos contaminadas que el ciclista, pero está más tiempo expuesto a la contaminación debido a que las partículas permanecen más tiempo dentro del habitáculo de su vehículo. Tampoco ayuda el hecho de que tarda más en llegar a los lugares de destino, estando por ello más tiempo expuestos a los contaminantes. Una de las principales variables es pues el tiempo de exposición, pues aumenta significativamente la contaminación respirada total. Otra variable de importancia es el tipo de vía por el que se circula.

El ciclista en ocasiones respira hasta diez veces menos contaminantes que los automovilistas, como es el caso de la circulación por algunas vías ciclistas separadas. También respira menos que quien va en coche cuando circula por un carril bus+bici, e incluso cuando circula al borde de una calzada.

Lo que queda demostrado sin paliativos es que al circular dentro del tráfico el ciclista está más expuesto a la contaminación que si circula por una vía segregada. Mientras más alejada esté la vía ciclista segregada del tráfico contaminante, menos contaminación en general se respira, pese a encontrarse con otros focos de contaminación como aires acondicionados, rejillas de ventilación, etc.

Los mayores picos de contaminación en una vía ciclista se encuentran en las intersecciones con la calzada en la que circulan los vehículos contaminantes, según este mismo estudio. Incluso se demuestra que cuando el ciclista circula por el carril bus (pegado a los carriles del resto del tráfico) se notan diferencias sustanciales con respecto a cuando se circula integrado en el propio tráfico particular motorizado.

Pese a todo ello, la creación de vías ciclistas, desde mi punto de vista, sólo debería ser vista como una transición hacia una sucesiva disuasión de aquellos vehículos que nos están creando tantos problemas de salud a todos.

En efecto, si está tan claro que los humos de los vehículos particulares contaminantes nos están matando, parece muy sorprendente que se continúe permitiendo (y en algunos casos incluso promoviendo) que estos vehículos circulen a sus anchas dentro de las ciudades para desplazamientos en los que no son imprescindibles.

Teniendo en cuenta que los ciclistas no somos los creadores de la contaminación que respiramos, lo deseable sería llegar al punto en el que hubiera tan pocos coches circulando por la calzada (sólo aquellos absolutamente imprescindibles) que circular en bicicleta por dichas calzadas dejara de ser claramente más perjudicial para nuestro organismo que circular lejos de ellas. ¿Utopía o Posibilidad?

Pese a todo ello, y como queda demostrado, aún circulando por la calzada, pedaleando respiramos menos contaminantes que en coche.

Nota de prensa del estudio de AirParif
Estudio completo
Boletín AirParif Actualité nº 32, donde se hace un resumen muy completo del estudio (recomendado).

Otro estudio de la Prefectura de la Policía de París de 1998
Otro estudio de la región de Midi-Pyrénées


lunes, 11 de mayo de 2009

Autores de los planes de infraestructuras

Antes se sabía que los planes de infraestructuras de transporte motorizada en España se diseñaban principalmente para satisfacer a las constructoras e ingenierías. Pero no se decía descaradamente, se maquillaba hablando del "interés general", de la "importancia de las infraestructuras para el desarrollo", del "motor económico que suponen la creación de infraestructuras de transporte" y cosas así muy rimbombantes, pero que no entraban al debate sobre el modelo de movilidad que se estaba instaurando y las consecuencias que conllevaba.

Ahora la desfachatez ha llegado hasta tal punto que el diseño de los planes de infraestructuras los proponen las propias constructoras e ingenierías para que los ejecute la administración pública con dinero público, pero para forrarse ellos, sin ni siquiera plantearse por un momento (ni esas empresas, ni las propias administraciones públicas) si esas infraestructuras son ya realmente necesarias o que impacto tienen en el medio ambiente y en la gestión de la demanda, etc.

Y luego hay propuestas, como la de ConBici para una red básica estatal de vías ciclistas, que incluso fue aprobada en el Congreso de los Diputados como proposición no de ley hace ocho años, y nunca más se supo. No se ha hecho nada al respecto.

Para entenderlo, más o menos lo siguiente me decía un día un empresario constructor que conocí en un camping de Asturias durante una ruta cicloturista que realicé por aquellas tierras hace unos años: "las vías ciclistas dan muy poco dinero, no merecen la pena, son muy estrechas. Ya que se asfalta, y para sacar un buen pico, es mejor una buena autovía o autopista, mientras más ancha mejor. Ya que has llevado maquinaria, hay que hacer el mayor número de metros de ancho de carretera". Me lo decía todo extasiado , mirando hacia el horizonte, mientras se imaginaba seguramente una autopista de ocho carriles.

Así nos va.