jueves, 13 de marzo de 2008

La decisión de Gebrselassie

Texto que envié como carta al director y publicada tanto en el diario Metro de Madrid, como en El País y periódico ADN:

El atleta etíope Gebrselassie ha renunciado a correr el maratón en los juegos olímpicos de Pekín debido a la contaminación del aire. China dice que ha tomado medidas contra el aire sucio, pero lo cierto es que la contaminación del aire en Pekín aumenta, porque aumenta la apuesta por los vehículos motorizados y contaminantes que están desbancando a las bicicletas de las calles.

Los factores medioambientales son cada vez más influyentes a la hora de designar a una ciudad para organizar los Juegos. Si Madrid quiere aspirar a organizar los de 2016 debería empezar ya mismo a ponerse las pilas. Tenemos una merecida fama de altas cotas de contaminación en Madrid. Hay que utilizar menos el coche y la moto en la ciudad, y usar más el transporte público y la bicicleta. La educación disuasiva ha demostrado no ser suficiente para conseguirlo. Son los poderes públicos los que tienen tomar medidas restrictivas, que no sólo ayudarán a ser elegidos para los Juegos, sino también para ofrecer un aire limpio a toda la ciudadanía madrileña.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Córdoba debería tambien ponerse las pilas pues quiere ser capitalidad cultural europea en 2016.
Córdoba ahora mismo está entre las 10 ciudades con peor calidad de aire de España.
Además las infraestructuras para coche no paran de crecer y quieren poner una incineradora.

juan merallo dijo...

Vaya Gerardo, pues si que es verdad que tampoco es Córdoba un ejemplo a seguir. Darles caña con lo de la capitalidad cultural y la contaminación.

Unknown dijo...

Yo con las olimpiadas haría lo mismo que con eurovisión, me reiría de ellas. Es una pena pero es así. Todo es política. Bueno más que política, corrupción. Sería la ostia. En el proceso de presentación presentar una burla, en vez del megaespectáculo que mostró Gallardón para las del 2012. Ahí van todos a trincar, menos los deportistas claro.